Denilson de Oliveira, uno de los jugadores más prometedores de principios de siglo, dio un extraño paso en su carrera: En vez de recaer en algunos de los mejores equipos de Europa, decidió marcharse al Betis, convirtiéndose en el jugador más caro del club verdiblanco. En el Síndrome LaDeLucca repasamos su paso por el Villamarín.
Verano de 1997. Tras la gran Copa América del joven jugador brasileño Denilson de Oliveira, los grandes equipos de Europa van al acecho de fichar al jugador de São Paulo. Pero tres días antes del cierre del mercado, se filtró la bomba: el Real Betis, un equipo de media tabla que no estaba pasado su mejor momento, fichó a Denilson por 5.300 millones de pesetas (30,5 millones de euros), convirtiéndose así en el jugador más caro no solo del club, sino del mundo. Un jugador que debió ser la esperanza de los béticos, acabo siendo una auténtica pesadilla.
Aunque el jugador fue fichado ,como he dicho, en 1997, el club bético le dejó cedido en el Sao Paulo durante toda la temporada 1997-1998. El verano siguiente, días antes de la llegada de Denilson, el entrenador de ese momento del Betis, Luis Aragonés, rechazó el fichaje del brasileño, diciendo:- Si viene Denilson, me voy yo.- El presidente bético, Manuel Ruiz de Lopera, tras haber invertido tal dinero en el brasileño, decidió que era mejor prescindir de Aragonés.
"SI VIENE DENILSON, ME VOY YO"- Luis Aragonés
Denilson debutó un 29 de agosto de 1998, pero no marcó su primer gol hasta la jornada 22, es decir, en febrero de 1999. El jugador no tenía ganas, extrañaba demasiado su tierra, y como buen brasileño, le gustaba mucho la vida nocturna. Jugó otra temporada en el Benito Villamarín, donde ni destacaba, siendo solo un peso muy grande para el equipo y una mochila muy pesada para los entrenadores que pasaban por el vestuario.
En el año 2000, el Betis desciende a Segunda División, y Denilson ve la oportunidad de volver a su país. El Betis lo cedió al Flamengo, pero tuvo que volver en diciembre, ya que el equipo brasileño no tenía dinero para seguir pagando la cesión. Demilson participa discretamente en el ascenso del club bético a Primera División, y en la vuelta a la categoría de oro, hace su mejor temporada en Sevilla, marcando 11 goles. La presencia del brasileño en los onces del Betis empieza a ser más común y aunque no llegó ni a ser la mitad de lo que se esperaba, su rendimiento fue correcto. Pero las lesiones, y todavía esa maldita morriña de su tierra, arrastraba a que el habilidoso extremo no fuera determinante en el Betis. Hay que mencionar que Denilson estuvo cuando el Betis logró uno de sus grandes hitos del siglo XXI: ganar la Copa del Rey contra el Osasuna. Pero el jugador brasileño no disputó ningún minuto.
En 2006, acabó contracto en Sevilla, y empezó a melodear por distintos países como Francia, Arabia Saudí, Estados Unidos, Brasil, Vietnam, y Grecia, donde se retiró en 2010.
CONCLUSIÓN
Denilson no fue más que otra joven promesa que nunca rindió lo esperado. Tenía actitudes para ser un jugador que marcará una generación, pero por sus problemas extradeportivos, se disminuyó en tan poco tiempo que hoy en día es un desconocido para muchos aficionados en este deporte.
Su pobre adaptación a España, fue un factor clave para que el brasileño no desplegara su mejor juego en el club verdiblanco. Existen muchos casos como el de Denilson, el de echar tan de menos su tierra que influye en su rendimiento deportivo, como sería el de Gareth Bale al Real Madrid o el de Yevhen Konoplyanka al Sevilla. Denilson tuvo todo que perder al llegar a Sevilla: un nuevo idioma, un nuevo país, un nuevo fútbol, y no tuvo, ya sea el apoyo, o la cabeza, de lograr adaptarse. No se sabrá nunca que si hubiera elegido un club distinto, hubiera llegado al nivel de otros compatriotas suyos como Ronaldinho o Rivaldo. Lo que es verdad es que como dice la hada del Mago de Oz :"Mejor que en casa, en ningún sitio".
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