El 2-8 en el Estádio da Luz introduce una época muy confusa para el FC Barcelona: quien ha tenido la culpa, quien tiene que irse, quien tiene que quedarse, etc. Aunque la verdad este es un problema que viene cociéndose desde cuando el Barça dominaba en Europa. Por lo que vamos a mencionar los principales temas del declive del club azulgrana.
SETÍEN/VALVERDE
Aunque los medios y la afición ha puesto de cabeza de turco a Setíen, y anteriormente a Valverde, no son los únicos responsables de caída del club. Pero si tienen una responsabilidad que debe ser mencionada: El poco poder que tienen en el vestuario. Ni el cántabro, ni el extremeño, han tenido la autoridad ni el "caché" de llevar las riendas del equipo catalán. No mandan, sus decisiones son insignificantes y no tienen la confianza de la plantilla, ya que en el vestuario manda otro: Lionel Messi. El peso del argentino, al igual que de otros veteranos del equipo, penaliza las ideas del entrenador. Esta penalización , sumada a la poca experiencia en equipos de primer nivel de ambos entrenadores, ha generado un vestuario dividido, sin ningún líder y completamente destruido.
UN EQUIPO DESGASTADO
Ya lo dijo Miguel Quintana en un tweet: "El Barça acabó la liga frustrado, cansado, abatido. Quería irse de vacaciones. Lo necesitaba. El Bayern acabó la Bundesliga disfrutando, gustándose, con hambre. Quería que llegase la Champions. Lo han dicho y repetido. Son lobos y se han encontrado a corderos." Ya desde muy pronto el equipo catalán parecía frágil, consumido, frustrado. Perdieron una liga que nunca fue suya durante la temporada, y no alcanzaban al nivel al que estábamos acostumbrados, ya que en las últimas dos temporadas, aún sin estando en su mayor esplendor, el Barcelona jugaba a algo y no solo merodeaba en el campo. Entre los fantasmas del pasado (Roma, Anfield) y un vestuario devastado, el Barcelona ganaba principalmente los partidos por tres jugadores en cuestión: Marc Ter-Stegen, Gerard Piqué y Lionel Messi. Pero el juego y las sensaciones dejaban mucho que desear. En conclusión, parece que la fórmula del Barcelona ha dejado de funcionar, y necesitan un cambio radical si no quieren convertirse en el "nuevo Milán".
EL PODER DE LAS VIEJAS GLORIAS
Aunque lo he mencionado antes, tiene que ser repetido: la plantilla del Barça es muy longeva. Para entenderlo mejor, la última alineación del equipo catalán constaba de 6 jugadores mayores de 30 años, lo que preocupa a la afición de como se podrán sustituir a estos jugadores, ya que la mayoría de ellos son pesos pesados de la plantilla. Muchos de estos con razones de serlo, por su pasado glorioso y sus grandes habilidades. Pero tienen que dejar espacios a los jóvenes jugadores que puedan dar savia nueva a la plantilla. El fichaje de Pjanic no mejora en este aspecto, sin embargo hay que confiar que con la llegada de Koeman quien viene de la escuela holandesa, una escuela muy propensa a las jóvenes promesas, sea capaz de gestionar un vestuario llena de jugadores que quieren jugar todos los minutos.
LA DIRECTIVA
El tema de la directiva en Barcelona siempre ha sido un tema muy puntiagudo. Desde la salida de Joan Laporta, el club "abandonó" unos principios que les hizo el mejor club del mundo. La directiva, primero de Sandro Rosell y después de Josep María Bartomeu, ha estado principalmente guiada por tres factores: una mala relación con Pep Guardiola y posteriormente con Luis Enrique; una política de fichajes no muy acertada; y Neymar, ya hablando de su llegada al igual que de su salida. No obstante estos problemas internos no han estado ligados a una mala economía o falta de resultados deportivos. Tiene que ver más con una caída anunciada, podríamos compararlo con una enfermedad terminal que va consumiendo al paciente poco a poco. El declive de este Barça viene ya de algo, y principalmente viene de los de arriba.
Crédito fotos: t-online.de ; Marca
LA FÓRMULA DEL TIKI-TAKA YA NO FUNCIONA
Hace una década el "tiki taka" dominaba el mundo. No solo con el Barcelona de Guardiola sino también con una Selección Española que vivió su ciclo más glorioso gracias a este estilo de juego. Pero esto ya no funciona, ahora con influencias como la de Klopp, el fútbol se ha vuelto más caótico, más rápido con transiciones, y esto ha generado que el Barcelona, al igual que al Manchester City de Guardiola, se haya quedado sin ideas. El desgaste de la fórmula llevará al nuevo equipo a un dilema, ¿deberán abandonar el estilo de juego que les ha llevado a ser posiblemente el mejor equipo del siglo XXI?
CONCLUSIÓN
Si de algo se esta claro es que el Barcelona debe hacer un cambio radical. No solo hablando en términos del entrenador, sino de plantilla y de directiva. Tras el partido de Lisboa, Píque hizo unas declaraciones que no dejaron a nadie desapercibido: el equipo necesita sangre nueva y si tiene que irse para que eso ocurra, lo hará. No se sabe hasta que punto será cierto estas declaraciones, pero con la llegada de Koeman, quien ya se hizo eco hace unos años de la situación del equipo azulgrana, las cosas podrían cambiar. El Barcelona debe cambiar desde ya, si no quiere caer de la misma manera que el AC Milan.
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